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27/11/11



¿Por qué diablos aunque no pida nada,
os empeñáis en ofrecerme cosas 
que no estáis dispuestos a dar?



24/11/11

Do you know Krahe?

Oh, you don't... Really?


Supongo que ninguno de vosotros, si es que todavía queda alguien por ahí que me lea, conoce a Javier Krahe. Al menos en esta semana no he conseguido encontrar a nadie al que le sonase si quiera su nombre.

En realidad no os perdéis nada especial. Al fin y al cabo, Krahe tampoco ha hecho nada digno de mención, sólo lo que le ha dado la gana. Nacido en el barrio de Salamanca, inició su carrera como letrista en Canadá para luego pasarse también al micrófono. De vuelta en España, se topó con el muro de la censura, aunque  eso no alteró ni un ápice su estilo.
En 1999 montó la discográfica independiente  18 Chulos con Sabina, Santiago Segura, Wyoming, Pepín Tré, Faemino y Pablo Carbonell. También colaboró con Sabina y Alberto Pérez en el disco La mandrágora.
Hace poco (2004) se emitió el corto Cómo cocinar a Cristo, que tenía casi treinta años, y se montó la de dios (y nunca mejor dicho); el juicio está bastante reciente así que quizás os suene el follón.


El caso es que Krahe sigue en activo. De vez en cuando sube a un escenario y canta, recita, charla y todas esas cosas que permiten hacer las actuaciones en salas pequeñas con poca gente. Este viernes en la sala Galileo, por ejemplo.Ya os contaré qué tal es en directo, porque yo pienso ir a verle. Aunque sea sola.

Ahora que sabéis quién es, os dejo un video para que sepáis como suena. Y os muráis de envidia por no acompañarme. Ja!


14/11/11

Sing me a song

No tengo oído. Amo la música, pero debo reconocer que no tengo ninguna sensibilidad musical. Tampoco cultura musical.

Me gustaría saber tocar un instrumento, tener voz para cantar o, al menos, tener la capacidad de distinguir una melodía de otra. Puedo haber escuchado una canción miles de veces, cantarla en la ducha, tararearla mientras paseo y no reconocer su melodía al escucharla. Ya de ponerle nombre y que mi nefasta mente la asocie a un grupo ni hablamos. Triste pero cierto.


A pesar de todo, me encanta la música. Me quedo sin palabras ante unos acordes que suenan a través de un altavoz o unos auriculares. Y cuando veo un simple objeto innerte, generar música, una música maravillosamente viva y humana, ante mí... Ahh... Es pura magia.

Me fascina esa capacidad de tenéis muchos de los que conozco para crear una melodía, para hacer sonar un instrumento. Definitivamente, al camino más rápido hasta mí es con una canción en los labios.
Gracias por dejarme escucharos y lamento no poder hacer nada más que sonreír embelesada.O quizás, hechizada.




So... can you sing me a song, please?





12/11/11

Blue

Tenía los pies helados. En realidad estaba muerta de frío, pero lo peor eran los dedos de los pies, completamente expuestos. Estaba convencida de que cuando se congelasen y se cayesen, serían unos bonitos dedos con las uñas recién pintadas. Pintadas de un hermoso azul eléctrico a juego con el tono azulado que empezaba a cobrar su piel.

Miró anhelante los gruesos y cálidos calcetines que reposaban en el suelo, al alcance de su mano, esperando ser llenados. Pero la laca estaba fresca y por una vez, casi perfecta.

Ah, los pequeños sacrificios.
Ah, el cambio climático.
















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Y aunque para vosotros no tenga importancia, aunque no os parezca nada más que otro post cualquiera, yo he decidido llamarlo relato. Microrrelato, para ser más exactos. Y con ese nombre, no puedo evitar sentirme marvillosamente orgullosa de estas pocas palabras que, después de tan larga sequía, han acertado a colocarse con un cierto toque literario.
Magia.

3/11/11

Golfa

En las últimas semanas me han llamado golfa y guarra varias veces y el tema empieza a cansarme. A cansarme y a tocarme los ovarios.
Porque sí, soy la primera en autoproclamarse perra primera del reino y reírse del tema. También reconozco sin problemas que un "qué golfa eres" según el tono, la situación y quién lo diga no tiene porqué significar nada más que cualquier otra pullita entre amigos. Pero estoy convencida de que la intención no era bromear, de que a pesar de las risas que acompañaban a la frase, se trataba de un insulto. O al menos yo me sentí insultada. Y más que las palabras que se emplearon en ese momento, me ofendió la intención que las impulsó.

Nadie, y quiero decir JODIDAMENTE NADIE, tiene derecho a juzgarme y criticarme porque la forma en que decido vivir mi día a día y mis relaciones no le parecen las correctas. Es algo que nos afecta exclusivamente a mí y a las personas implicadas.
No lo lamento si al manifestar que mis relaciones se basan en lo que siento y creo, y no en lo que dicen Disney o esa basura que llamáis "normalidad" os ofendo. En realidad no entiendo cuál es el problema que encontráis en todo esto, pero tampoco me importa. 

Ahorraos los comentarios y las expresiones de asco. Ya que vais a hablar a mis espaldas, no me obliguéis a aguantar esta necesidad cada vez más irrefrenable de escupiros que me provocáis con vuestras miradas despectivas. Porque soy una jodida golfa que folla cómo, cuándo y con quien quiere, habla de poliamor y no se erige dueña de nadie por haber obtenido un par de palabras de amor. Y vosotros no podéis cambiarlo.